Adiós a los días de 24 horas: el cambio radical que llega a la Tierra a partir de este día
En el futuro, los días en la Tierra tendrán una duración de 25 horas
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Investigaciones recientes de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) han revelado que la rotación de la Tierra está experimentando cambios que podrían llevar a que los días duren 25 horas en un futuro. Los científicos explican que estos cambios son consecuencia de movimientos internos del planeta, que lo están alejando del Sol y alterando su rotación. Para llevar a cabo este estudio, los investigadores utilizaron un láser anular en el Observatorio Geodésico de Wettzell, logrando medir una variación de seis milisegundos en solo dos semanas. Si esta tendencia persiste, podríamos ver un incremento en la duración del día.
Este fenómeno está relacionado con la influencia gravitatoria de la Luna sobre la Tierra. Los expertos han debatido las posibles repercusiones de este cambio, que podrían ser tanto positivas como negativas para la vida humana. Además, podría afectar aspectos como la meteorología y los modelos de predicción climática. Históricamente, se ha documentado que los días han ido cambiando con el tiempo: hace 1.500 millones de años, duraban aproximadamente 19 horas, y en la era jurásica, eran de 23 horas. Este proceso de alargamiento de los días podría finalizar en aproximadamente 200 millones de años.
Días de 25 horas en la Tierra
La duración de los días en la Tierra ha cambiado a lo largo de su historia, comenzando hace 4.500 millones de años con días de 19 horas en el Precámbrico y alcanzando las 23 horas durante la era de los dinosaurios. Recientes investigaciones de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) han revelado que, debido a la desaceleración en la rotación del planeta, podríamos ver días de 25 horas en aproximadamente 200 millones de años. Este fenómeno es el resultado de varios factores, incluyendo la atracción gravitacional de la Luna, la fricción de las mareas y procesos internos del planeta, como el movimiento de las placas tectónicas.
Los científicos de la TUM utilizaron un giróscopo láser de anillo en el Observatorio Geodésico de Wetzell para medir con alta precisión las variaciones en la rotación de la Tierra. Sus hallazgos muestran que la rotación terrestre disminuye a un ritmo aproximado de 6 milisegundos cada dos semanas. Aunque estos cambios son casi imperceptibles en nuestra vida cotidiana, su acumulación a lo largo de millones de años puede tener implicaciones significativas.
Consecuencias
El aumento en la duración de los días en la Tierra podría tener diversas repercusiones en el planeta. En primer lugar, la variación en la duración del día afectaría la distribución de la luz solar, alterando los patrones climáticos y potencialmente causando efectos impredecibles en el clima global.
Además, la vida silvestre, desde plantas hasta animales, ha evolucionado en sintonía con ciclos de luz y oscuridad, por lo que un día más largo podría interferir en la reproducción, migración y otros comportamientos vitales de numerosas especies.
Asimismo, los modelos matemáticos que los científicos utilizan para predecir fenómenos naturales, como mareas y estaciones, tendrían que ser actualizados para adaptarse a esta nueva realidad.
Finalmente, en el ámbito de la astronomía, un día de 25 horas implicaría ajustes en los métodos de observación y en los instrumentos utilizados para estudiar los cuerpos celestes, reflejando la necesidad de adaptarse a los cambios en la rotación del planeta.
Aunque este cambio no se observará hasta dentro de millones de años, plantea cuestiones sobre cómo afectará a la vida diaria y a los ecosistemas. A medida que la Tierra se adentra en un futuro con días más largos, será crucial entender estas dinámicas y cómo se relacionan con el entorno y el estilo de vida.
Así era nuestro planeta hace 700 millones de años
Hace unos 4.500 millones de años, la Tierra, aún en su fase embrionaria, sufrió una colisión con un protoplaneta denominado Theia, comparable en tamaño a Marte. Este impacto monumental fue el responsable de la formación de la Luna, un satélite que ha desempeñado un papel crucial en la evolución de nuestro planeta.
Recientemente, un grupo de investigadores publicó un estudio en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), analizando restos geológicos conocidos como marealitos. Estos restos permitieron estudiar la interacción entre las fuerzas de marea de la Luna y la Tierra a lo largo de millones de años. Los hallazgos revelaron dos períodos significativos en los que la rotación terrestre se desaceleró notablemente, extendiendo la duración del día a 26 horas, en lugar de las 24 horas actuales.
Este cambio se produjo hace entre 700 y 200 millones de años, cuando la Luna estaba aproximadamente 20,000 kilómetros más lejos de la Tierra, reduciendo así su influencia gravitacional. La primera desaceleración, entre 650 y 500 millones de años atrás, coincidió con la «Explosión del Cámbrico», un período de gran diversificación de organismos multicelulares.
La mayor estabilidad en los ciclos diarios probablemente favoreció la evolución, permitiendo a los organismos realizar procesos vitales como la fotosíntesis. Sin embargo, la segunda desaceleración, entre 340 y 280 millones de años, trajo consigo el desarrollo de grandes glaciares, que cubrieron grandes zonas del planeta, afectando negativamente a la vida.
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